De la petanca a la informática…
Las posibilidades son infinitas. Por ejemplo, Joana me cuenta que hace bicicleta estática y camina con la ayuda de un andador. Pero, en los seis meses que lleva en la residencia, ha descubierto otra gran afición: la petanca. Le encanta ir a la plaza del pueblo a jugar y explica con entusiasmo que, muchas veces, gana.
Ahí no acaban sus aficiones: le encanta la cocina y disfruta mucho con las actividades temáticas de la residencia. Hace poco hicieron panellets, el dulce típico para celebrar la fiesta tradicional de la castañada, y “les quedaron buenísimos”, me cuenta. Pero lo que más le gusta a Joana es preparar ratafía, un licor de hierbas que, dice, no les duró nada de lo rico que estaba. Y, por supuesto, una de las cosas que más le alegra es recibir la visita de su hija y su perro.
Durante mi paseo por la residencia también conozco a Núria. Esta antigua enfermera es la única del centro que posee un ordenador portátil, y dice que sin él no sabría vivir, aunque aprendió a usarlo hace solo tres años. Nunca es tarde. ¿Pero qué hace Núria con su ordenador? Pues además de jugar al solitario y a algún otro juego que le ayudan a que no se le “duerma el cerebro”, envía correos electrónicos a diario. Escribe a su hija y a sus amigos.

Núria Suñol con su ordenador portátil
… pasando por los talleres y el huerto
Trabajar el huerto de la residencia es una de las actividades estrella y la mayoría colaboran. Aparte, cada residente tiene sus predilecciones. Para Dolors, su momento preferido es un taller guiado por una educadora social para trabajar la memoria, porque -me explica- lo que le gusta es hablar. Cada lunes, los residentes tratan el tema que les propone la educadora, normalmente relacionado con la temporada del año o con su juventud.
Josep también está encantado. Llegó sin poder andar y gracias a las sesiones con el fisioterapeuta ahora ya solo necesita un bastón para ir de un lado para otro, aunque se cansa, eso sí. Desde hace un par de años, cuando empeoró de la rodilla, ha dejado de ir al campo del Barça, que es lo que más le gustaba. Aun así continúa recitando sin problema la plantilla de su equipo desde el año 1957 y sigue la actualidad con su inseparable radio. De las actividades de la residencia, las que más le gustan son ir al gimnasio y pasear.
Para acabar, también converso un rato con Regina, la mayor del centro. A sus 93 años, dice que está feliz, porque aunque también estaba bien en casa de su hijo, aquí está más tranquila y todos “podemos hacer lo que queramos”.
Hoy he comprobado que, incluso con problemas de salud, hay muchas alternativas para una vejez activa. Y a ti, ¿qué te gustaría hacer de mayor? Cuéntanos en los comentarios.
¿Sabías que…
… como cliente de banca ética, con tu dinero en el banco apoyas múltiples iniciativas para la atención y el cuidado de las personas mayores? El sector social, junto al ambiental y el cultural, es uno de los tres pilares del trabajo de Triodos Bank, que solo financia economía real.
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