Se la conoce como una enfermedad que provoca la pérdida de tolerancia a multitud de sustancias presentes en el ambiente y en productos cotidianos. Tanto como desodorantes, colonias, jabones, cosméticos o incluso ropa.
Sin embargo, Pilar Muñoz Calero, médico y afectada por la Sensibilidad Química Múltiple (SQM), nos ofrece una perspectiva diferente sobre esta afección. Lo hace desde su propia e intensa experiencia personal, que relata en este vídeo grabado en la sede de Fundación Alborada, la entidad especializada en medicina ambiental que preside.
“Empecé a notar ciertas reacciones muy extrañas en mi organismo y, como médico, intenté investigar qué es lo que me estaba pasando”, cuenta sobre cómo empezó todo hace 15 años, cuando la SQM no estaba ni siquiera reconocida, como también explicaba en una entrevista en El Correo del Sol. Fue entonces, dice Pilar, cuando sintió “rechazo a que se le llamara enfermedad”, porque lo que descubrió fue otra forma “de ver el cuerpo, la vida, nuestra relación con la naturaleza”.
¿Quién está enfermo?
La médico subraya que, pese a las dificultades que implica la Sensibilidad Química Múltiple, esta le ha permitido ser más consciente de su entorno. “Realmente nos hemos adaptado a un montón de sustancias que son muy dañinas en diferentes niveles y en diferentes grados para todo el mundo. Es lo que pasa cuando por ejemplo una persona fuma. Al principio, inmediatamente, tose. Tiene sus sistemas de alarma despiertos, está diciendo, esto es veneno y no quiero que entre en mi cuerpo. Si sigue fumando, al cabo de un tiempo, al mes, probablemente no tosa”.
Pilar ve una clara relación entre las llamadas “enfermedades inexplicadas”, como la SQM, nuestro modo de vida y lo que juzga como actual “crisis de valores”. “Nos hemos equivocado en ciertos conceptos de lo que significa la salud”, acostumbrándonos a “sustancias innecesarias”, arrastrados por factores como el consumismo, sostiene. “Pensamos que es necesario una colonia, un suavizante… utilizar 20 productos diferentes en nuestras casas”.
Los “centinelas de la vida”
Cada vez más estudios cientifícos conectan enfermedades en progresión, como la fibromialgia o la hiperactividad, con la presencia de tóxicos, explica la especialista en medicina ambiental. “Es muy importante lo que comemos, lo que bebemos, lo que respiramos”, constata, y recomienda acciones personales como intentar consumir alimentos ecológicos o movernos de forma más sostenible, para reducir la polución.
“La SQM es una llamada de atención”, defiende. Y apunta que como sociedad nos conviene no desdeñarla. “Nos llaman los centinelas de la vida, como los famosos pajaritos que entraban en las minas de Asturias y cuando aparecía el gas se morían y los mineros se iban y decían el tóxico ya está aquí”.