Refrescarse con una chispa saludable
Uno de los pioneros de la alimentación ecológica en España, la empresa familiar Cal Valls, ha lanzado Búbulus, “un zumo 100% directo de fruta fresca procedente de agricultura ecológica con gas”. El nieto del fundador de la iniciativa, Manuel Valls, explica que a partir de la experiencia en el cultivo y la producción propia de alimentos ecológicos en Lleida han querido lanzar “un producto innovador”.
Si una lata estándar de cola o naranja suele contener “entre 8 y 9 cucharaditas de azúcar”, el nuevo refresco está elaborado “sin los azúcares y colorantes de los refrescos tradicionales y con todas las vitaminas de la fruta”.
Tomarse algo de comercio justo
Otros buenos ejemplos de refrescos alternativos son los elaborados por la cooperativa cordobesa Transformando, que emplea azúcar de caña integral ecológico y de comercio justo importado por la ONG de cooperación al desarrollo Sodepaz.
En la misma línea, Oxfam Intermón ofrece cola, limonada y té al limón ecológicos y de comercio justo. Y, con su Frixen Cola, la ONG Ideas Comercio Justo también promueve un refresco “elaborado con azúcar de comercio justo y ecológico y estevia” que, además, “contiene un 20% menos de azúcar que otras bebidas similares”.
Algo tan mundano como un refresco vuelve a demostrar un principio al que se adhieren cada vez más personas. Son los pequeños gestos del día a día los que cambian el mundo… también desde la terraza de un bar.
¿Ya ha probado estas u otras bebidas diferentes, como la horchata ecológica de Terra i Xufa?
Le animamos a compartir sus impresiones y otras iniciativas en los comentarios.
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