El momento de ordenar la compra suele ir acompañado de una frase: ¿y ahora qué hago con todas estas bolsas? Ante esto hay quien ha ingeniado soluciones caseras como guardarlas en una caja de pañuelos de papel vacía, que servirá como práctico expendedor una vez queramos reutilizarlas.
Pero, sin duda, se sigue acumulando una cantidad innecesaria de bolsas u otros envases que acaban siendo desechados y degradan nuestro entorno.
Dos iniciativas complementarias pretenden combatir este problema: el ecopackaging y el antipackaging.
El primero busca utilizar el mínimo material imprescindible para cada envase, evitando en lo posible aquellos menos favorables para el medio, como el plástico. La imprenta ecológica El Tinter -una empresa con financiación de Triodos Bank- es un ejemplo de esta práctica llevada al diseño gráfico.
Por ejemplo, trabajan con elementos como trípticos en forma de panal, que permiten un mayor aprovechamiento de cada plancha de papel de la que son recortados. Esta filosofía también puede aplicarse en el diseño industrial de envases que, en estos momentos, tienen en cuenta pocos factores más allá de la estética o el coste económico.
Pero a veces podríamos incluso prescindir de muchas bolsas, envases o envoltorios. Es el enfoque de las crecientes iniciativas de antipackaging, como los comercios 100% sin envases o que los limitan, o las propuestas para conseguir hogares con residuo cero.
En algunas ciudades como Nueva York, donde existe una asentada cultura del usar y tirar, se promueve el Bring Your Own Container (trae tu propio envase). Más allá de la importancia de utilizar bolsas no desechables en la compra, el ayuntamiento anima a los ciudadanos a llevar siempre en el bolso un vaso o taza de más de un uso e incluso traer un recipiente tipo tupper a los restaurantes, para evitar que el local tenga que ofrecernos uno desechable si queremos llevarnos las sobras, costumbre habitual en Estados Unidos.
El ecopackaging y la reducción de envases aún no están lo suficientemente desarrollados y extendidos pero, como consumidores, podemos ayudar a avanzar en esta dirección. Responder “no, gracias” la próxima vez que nos ofrezcan bolsas en un supermercado puede ser un buen primer paso.
Suscribirme a Blog Somos Triodos
Recepción por e-mail de los nuevos artículos del blog.