Esta tienda en el centro de Madrid, regentada por la pareja que forman Marc Pons y Cristina Guillén, ofrece artículos atractivos y que también “acercan a los clientes los valores del comercio justo, la solidaridad y el conocimiento del patrimonio cultural de estos pueblos”.
Arte diferente
Además de sostenibilidad, las piezas de arte a partir de objetos desechados o residuos, aportan un valor añadido artístico.
Lo saben los miembros de Drap-Art, una de las entidades pioneras en el llamado reciclaje artístico y que organiza anualmente un festival internacional especializado. Sus obras, como las de otras iniciativas similares, no esconden el origen residual de sus componentes sino que lo destacan, como un recurso expresivo más. ¿En una obra de arte reciclada hay más historia y emociones que en una nueva?
Otros valores añadidos particulares aportan el arte y la artesanía producidos por personas con discapacidad.
Realizados, entre otros, desde centros especiales de empleo que ayudan a la inserción sociolaboral de muchas de estas personas, su valor es de orden creativo y también social. “El arte no entiende de discapacidades, sino de sensibilidad y necesidad de expresión compartida”, sostienen desde la plataforma Artistas diversos, cuya iniciativa destacábamos en Artistas muy capaces, junto con diversas opciones para adquirir este tipo de arte.
En lugar de privación, el consumo responsable también puede ser todo un placer, ¿no le parece?
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