Uno de los mejores aceites del mundo
Empezamos en Córdoba y Toledo, donde los olivares de la familia Valderrama dan lugar a aceite de oliva virgen extra desde 1853. “El secreto reside en atrapar y embotellar el espíritu del campo en un abrir y cerrar de ojos”, explican. O, dicho de otra forma, desde que recolectan la aceituna hasta que la molturan en la almazara y extraen el aceite pasa menos de una hora.
Su aceite ecológico y producto estrella Óleum del Molino fue distinguido entre los diez mejores del mundo por Biofach 2012, feria ecológica de referencia a nivel internacional, y es un hito más en su proceso de conversión total hacia la agricultura ecológica.
Sabor y ecología probados
Entre los pioneros de la producción ecológica en los años 80 estuvo la almazara cordobesa Alcubilla 2000. Belén Luque, su directora financiera, explica que aquella fue “una época realmente difícil para explicar un concepto entonces revolucionario” como el de la alimentación ecológica.
Hoy, bajo la marca Luque se sirve un aceite que quiere seguir marcando la diferencia por su cuidado medioambiental. “Hacer más de 8 kilómetros en vuestro coche ya emite más CO2 que todo un litro de aceite de oliva Luque”, aseguran en esta almazara que utiliza energía solar fotovoltaica en sus instalaciones, calcula sus emisiones de CO2 e informa al respecto en las etiquetas de las botellas.
Aceite ecológico y economía rural sostenible
En Granada, los estatutos de la cooperativa olivarera La Flor de la Alpujarra marcan una condición. Al menos una parte de la producción de cada unos de sus socios debe ser ecológica y estar certificada.
Para estos productores, es esencial que “la tierra siga siendo cultivada por los agricultores que piensan que el medio rural debe ser protegido y conservado, aprovechando sus recursos de una manera sostenible y dentro de una perspectiva agroecológica”. Al mismo tiempo, su apuesta es ser “una plataforma de transformación social y económica para la región, basada en un pago digno a sus proveedores según los precios que encuentre en el mercado”.
De las aceitunas, mil aplicaciones
Como en el caso del vino ecológico, la producción de aceite ecológico es, además de un sector que combina creación de riqueza y protección ambiental, una actividad aún con un significativo potencial de crecimiento a nivel internacional según los especialistas.
En este sentido, Triodos Bank ha otorgado financiación a otros productores de aceite ecológico como Labranza Toledana (aceite Umbría Oretana), única almazara con certificación ecológica en la DO Montes de Toledo. O, en Jaén, a Aceite y Energía Salfharat, productores del aceite Flor de Segura.
Pero de las aceitunas y, en particular, de su hueso es posible obtener muy distintas aplicaciones además del consumo alimenticio. Los huesos de aceituna son una fuente de energía sostenible, materia prima para obtener productos cosméticos naturales o, incluso, útiles por su capacidad para descontaminar aguas residuales, según un estudio de la Universidad de Granada.
¿Dejarán algún día de sorprendernos los frutos del olivo milenario?
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